Siempre llega ese momento en donde esa tal cosa como el amor, te satura. Relaciones, noviazgos, logros, fracasos, besos, peleas, abrazos, celos, palabras, gritos. Te hacen llegar a un punto en donde dejas de quererte para querer a la otra persona y es ahí donde empezamos a caer en la realidad y nos damos cuenta que eso ya no nos hace bien. Uno empieza una relación, se mete en un noviazgo ya consciente de que en algún momento se termina, por que? Y... es la ley de la vida: Todo lo que empieza, acaba. Entonces, uno no solo tiene que estar consciente sino que tiene que estar dispuesto a arriesgarlo todo, a poner todas las fichas y mandarse, es casi como un impulso. Uno lo ve tan simple, como: me gusta, yo le gusto, estemos, pero implica TANTAS cosas, tantos sacrificios, que muchas personas se arrepienten de no haberlo pensado antes.
OJO! No quiero decir que sea algo malo, todo lo contrario, es hermoso tener una persona siempre al lado tuyo, que te de besos, que te ayude, te apoye, que te haga feliz. Pero no hay luz sin oscuridad, también tiene su lado malo. Pero no quiere decir que NO VALGA LA PENA.
Por el momento, prefiero dejar de lado este concepto en mi vida. Aunque, tampoco quiero escupir para arriba, si se da, se dará, pero no pienso buscar, si me encuentra. me encontrará.

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