Tras la marea nadie tiene sed, nos lastimamos suficiente cuesta mirarnos frente a frente. Después de un puño contra la pared, de dónde arranco yo un abrazo mientras tú juntas los pedazos. Es preferible callar, necesitamos el silencio para respirar..
Pasan las tardes sin mirar sin ver, nos aguantamos el cariño por no portarnos como niños.
Mejor sentarme al borde de tu piel, echarle sal a las heridas de quién mas amo en esta vida.
La calma está por llegar, en cuanto aclare la tormenta nos vamos a encontrar.