A veces la mejor sonrisa es después de haber sufrido tanto.
Llega un día en el que te das cuenta de que en esa pareja sólo quedas tú, y que lo único que te ata a él es esa herida, y que haciéndola sangrar no mantienes vivo su recuerdo.
                           Y así, destinada a padecerte 
                            sigo loca como siempre,  
                         inventando lo que sea para verte.
Bailá tu milonga preferida, que está oscuro todavía, que amanece y se nos acaba la vida

En un rincón de mi memoria, 
sobran noches de tristeza, 

poca gloria, y soledad. 
Y en el hueco de los años más dorados 
caben tus ojos 
prestados y un adiós para olvidar.