A veces la mejor sonrisa es después de haber sufrido tanto.
Llega un día en el que te das cuenta de que en esa pareja sólo quedas tú, y que lo único que te ata a él es esa herida, y que haciéndola sangrar no mantienes vivo su recuerdo.
Y así, destinada a padecerte sigo loca como siempre, inventando lo que sea para verte.
Bailá tu milonga preferida, que está oscuro todavía, que amanece y se nos acaba la vida.